Marta tiene siete años, desde que empezó el curso sus notas cada vez
han ido empeorando más, aunque cada vez dedica más tiempo a estudiar. Su madre
ve que la niña cada vez se esfuerza más pero que el tutor le manifiesta que
Marta no avanza. A la hora de hacer los deberes le cuesta más que a sus
compañeros, poder entenderlos y poder hacerlos resulta una misión interminable.
Desde hace poco han diagnosticado a Marta con TDAH. Pero…
¿Qué
es el TDAH?
El Trastorno por Déficit de Atención con o
sin Hiperactividad es un trastorno de origen neurobiológico que se caracteriza
por tres síntomas clave: déficit de
atención, hiperatividad e impulsividad.
Déficit de Atención
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Hiperactividad
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Impulsividad
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Dificultades para
concentrarse
Distracción fácil
Pérdida u olvido de
objetos, citas…
Dificultad para seguir
órdenes
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Movimiento excesivo o inapropiado
Habla excesiva u oportuna
Emisión de ruidos
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Desinhibición
Actuar sin pensar
Dificultad para planificar
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1.
La lectura
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Los errores más habituales
que encontramos en la lectura de estos niños son:
Omisiones: el niño no lee, se salta, determinadas letras y/o palabras.
Adicciones: el niño añade letras y/o palabras.
Repeticiones de palabras: el niño vuelve a leer las mismas palabras.
Sustituciones de palabras: cambia unas letras y/o palabras por otras.
Vacilaciones: tarda más tiempo de lo normal en realizar la lectura.
Incorrecta vocalización de las
palabras: debido a la rapidez con la
que intenta leer
Otros: errores de puntuación, comas y puntos, la acentuación y la entonación.
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2.
Cálculo y matemáticas
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Existen dificultades para utilizar el pensamiento lógico y convertir lo concreto
en abstracto. Esto significa que delante del enunciado de un
problema pueden tener dificultades para imaginarse lo que se le está pidiendo
y no hacen una abstracción de los datos. Otros errores que pueden manifestar
son:
Errores de comprensión: por una lectura precipitada, por saltarse información importante para
resolver el problema, dando una respuesta rápida que no repasan
Dificultades en operaciones automáticas: sumas, restas, divisiones y multiplicaciones, incluso en algunos casos
no llegando a incorporar de forma definitiva las tablas de multiplicar.
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3.
La escritura
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Normalmente presentan una
pobre psicomotricidad fina que se ve reflejada en las habilidades manuales (colorear,
cortar, escribir…). Este y otros factores afectan en:
La caligrafía: es irregular y poco organizada.
La copia: al copiar hacen más errores ya que tienen dificultades en la atención
sostenida.
Omisiones y adicciones al escribir.
Ortografía: les cuesta memorizar las reglas y a veces aunque las conozcan cometen
errores al intentar aplicarlas.
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4.
Habla
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Acostumbran a presentar una falta de organización y de reflexión, debido
a que su pensamiento va más rápido, esto origina que:
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Dicho trastorno afecta entre el 3 y 7 % de la
población infantil lo que supone situar a dicho trastorno como el más frecuente
en la infancia. Además, dos terceras partes de estos niños seguirán presentando
dificultades en el control de la atención, de la impulsividad y de la
hiperactividad en la edad adulta, por lo que actualmente es considerado un
trastorno crónico. Aún así, una detección a tiempo puede suponer un gran
beneficio en todos sus ámbitos. Para poder entender mejor el TDAH tenemos que
tener en cuenta que este cumple como criterios los siguientes aspectos:
- Un nivel de inatención, o de hiperactividad e impulsividad inadecuado para la edad del niño.
- Unos síntomas que empiezan antes de los siete años de edad.
- Un deterioro en al menos dos ambientes de la vida del niño o adolescente (en casa, en el colegio, con los amigos…)
- Que dura al menos seis meses.
- Que no se debe a otro problema psiquiátrico o médico ni al consumo de determinadas sustancias.
Dicho
trastorno tiene un efecto muy negativo sobre el que lo padece, dado que a largo
plazo, si no se trata correctamente, produce una disminución del rendimiento
académico que desemboca en fracaso escolar. Además, puede afectar al desarrollo
emocional y social del niño, pudiendo desarrollar síntomas depresivos o
presentar comportamientos negativistas: desobediencias progresivas, desafío a
la autoridad…llegando a problemas de conducta mucho mayores.
¿Cómo se diagnóstica el TDAH?
El diagnóstico es clínico y lo debe hacer un profesional conocedor del
tema. Este, mediante entrevista con los padres
y el niño, evaluación de información de los profesores, examen físico y pruebas
complementarias descartará que no se trate de otro problema. Todas las pruebas
médicas y exámenes psicológicos sirven para para ayudar al diagnóstico de TDAH,
pero no hay pruebas definitivas.
Aun así, desde la Clínica San Sebastián optamos por una evaluación
que se asemeja a la que se aconseja desde el Protocolo Imat, elaborado por la
Universidad de las Islas Baleares. Este protocolo basa su evaluación en la
aplicación una serie de pruebas que conlleva un proceso de diferentes
decisiones clínicas. Entre dichas pruebas encontramos:
- Entrevista semiestructurada para padres basada en la propuesta de R. A. Barkley.
- Las escalas: ADHD Rating Scale –IV, de DuPaul et al., para padres y maestros.
- La exploración psicopatològica a través del Child Behaviour Checklist de Achenbach (CBCL).
- La Tarea de Atención Sostenida en la Infancia (CSAT) de Servera & Llabrés
- Otras tareas atencionales: fundamentalmente la tarea de atención selectiva d2.
- Escala de Inteligencia Wechsler para Niños (WISC-IV).
- Registros de observación comportamental de los evaluadores.
Podéis consultar más información sobre el Protocolo Imat
en el siguiente enlace:
¿Qué
dificultades de aprendizaje presentan los niños con TDAH?
Aunque tengan capacidad y un nivel de inteligencia
normal, estos niños y adolescentes se encuentran con obstáculos específicos
para aprender que provocan retrasos académicos significativos. Barkley (1982)
afirma que entre el 60% y el 80% de los niños con TDAH tiene problemas
escolares.
Los niños y
adolescentes con TDAH se precipitan al hacer el trabajo, memorizan
incorrectamente los textos por una lectura precipitada, no son capaces de
inhibir los estímulos irrelevantes para hacer una tarea, no repasan los
ejercicios, no reflexionan sobre los
problemas que realizan, pierden el material o lo olvidan, no son capaces de
seguir las instrucciones…todo esto lleva a que tengan déficits en determinadas
asignaturas que sin un tratamiento específico pueden acabar convirtiéndose en
trastornos graves como: la disortografía, la discalculia, la disgrafia, y otros
trastornos asociados a la lectura.
En la siguiente tabla encontrareis algunas de las
dificultades concretas que pueden presentan estos niños en el aprendizaje (no
hemos de olvidar que cada caso será particular y cada niño podrá presentar o
cometer diferentes dificultades/errores):
¿Qué
se puede hacer desde la escuela?
La principal actuación en la escuela se realizará dentro
del aula, por eso os recomendamos algunas pautas generales a seguir dentro de
esta.
- Establecer rutinas muy concretas, fomentar la organización e implantar metas adecuadas a las dificultades del estudiante (siempre adecuando nuestras expectativas al niño), siempre reconociendo e elogiando sus avances y esfuerzo.
- Supervisar, siempre que sea posible, el trabajo del alumno y la organización de la agenda.
- Planificar los cambios con antelación, evitando distracciones y consiguiendo que el niño entienda lo que hay que hacer.
- Potenciar que el alumno participe frecuentemente dentro del aula. Así conseguiremos que mejore las relaciones con sus compañeros y aumentaremos su nivel atencional.
- Fomentar la calidad de las tareas en vez de la cantidad.
- Dar instrucciones estableciendo contacto ocular o acercándonos, así aseguramos que el niño nos está atendiendo. Además, se deben dar las instrucciones de una en una, siendo estas muy concretas, cortas y en un lenguaje positivo. Siempre acordándose de elogiar inmediatamente cuando estas instrucciones se han cumplido.
- Las explicaciones que se realicen en clase tendrán que estar estructuradas y organizadas, asegurando siempre la comprensión del niño.
- Los deberes y tareas tienen que tener un formato simple y claro (podemos facilitar estas, evitando que se copien los enunciados de los ejercicios, proporcionando actividades para hacer con el ordenador, haciendo actividades o exámenes tipo test…). No hay que olvidar que en el caso de actividades largas, convendrá fragmentar estas.
- No hacer comparaciones e intentar utilizar estrategias que ayuden a mejorar el comportamiento y la autoestima del niño.
Os recomendamos
el libro de la Asociación Adana “Guía
práctica para educadores: El alumno con TDAH” que podéis encontrar en el
siguiente enlace: http://www.fundacionadana.org/publicaciones/libro aquí encontrareis varios recursos y
estrategias para actuar dentro del aula.
También os
recomendamos los siguientes enlaces:
¡Esperamos
que la información que os hemos ofrecido haya sido de utilidad e interés y
esperamos vuestros comentarios y dudas!